La Delegación Diocesana de Migraciones (DDM) de Tánger recibió el pasado 6 de mayo el Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2020. El Arzobispo Emérito de la Diócesis norteafricana, Mons. Santiago Agrelo Martínez, creador de la DDM recogió el galardón. Su responsable, la religiosa Inmaculada Gala, participó de forma virtual al no poder viajar a España debido a las restricciones de viaje entre Marruecos y nuestro País a causa de la pandemia del coronavirus.
La Delegación Diocesana de Migraciones de Tánger se constituyó en 2011 debido al aumento progresivo de la población migrante en el norte de Marruecos. Desde entonces se dedica a la acogida de personas migrantes y cuenta con una estructura que se reparte por Tánger, Tetuán, Nador y Alhucemas. En la actualidad, cerca de 60 personas trabajan a tiempo completo en la DDM, entre ellas 11 religiosos. Aunque es difícil precisar el número de personas migrantes que se han beneficiado del trabajo de la Delegación, en la base de datos de la sede tangerina hay más de 7.000 personas registradas, cifra que con seguridad se queda por debajo de la realidad.
La principal área de actuación de la DDM es la acción social y humanitaria, aunque esta presenta diferencias según las zonas. Así, en Alhucemas y Nador (zona oriental) predomina la intervención médica y humanitaria en los campamentos; en Tánger y Tetuán (zona occidental) se insiste más en el alquiler de pisos para las personas migrantes y predominan las actuaciones sociales, formativas, de sensibilización e integración.
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