COLABORACIONES

              Vivir en régimen de libertad vigilada

                                                                                         por Rafael Andújar y Vilches


Queridos Caballeros, Damas, Hermanos, Hermanas, amigos amigas todos: 

Una vez más y, como cada año en vísperas del tiempo de adviento y de cumplir “74 años”, el próximo 20 de diciembre, me permito mandaros esta reflexión que no tiene otro objetivo que intercambiar, modestamente, con cada uno de vosotros mis percepciones y razonamientos sobre esta “terrible” pandemia de la cual ni “políticos ni Científicos” aparentemente tienen ninguna idea valida y tranquilizadora para nuestra sociedad y así ayudarnos a entender mejor el alcance de dicha pandemia y ayudar a nuestros jóvenes a ser mejores personas y más respetuosos, teniendo en cuenta el estado de frustración en la que se encuentran hoy, después de más de 7 meses de encierro, de palabras vagas y de cambios constantes en la política actual sobre el tema. 

Personalmente, es la primera vez en mi vida en la que me he tenido que quedar en casa por un periodo tan largo, sin poder viajar y teniendo que suprimir todas las actividades, tanto personales como las ceremonias de nombramiento de nuevos caballeros y damas que han sido y es una forma de reunirnos todos unas cuantas veces al año alrededor de una fraternal cena para intercambiar nuestras experiencias y, al mismo tiempo, recaudar algo de dinero para poder a través de nuestra ONG ayudar, en la medida de nuestras posibilidades, a las personas menos afortunadas que nosotros, desfavorecidos de la sociedad y niños de la calle. 

No obstante, y debido a la pandemia, hemos contribuido en ayudar al Banco de Alimentos de Sevilla y a través de nuestra Delegación en Manila (Filipinas) seguir contribuyendo en la ayuda a algún que otro niño de la calle que viven en condiciones extremas, sin hogar, ni techo que los cobije, transitando por las calles de Manila. 

Tristemente, hoy por hoy, nadie puede o sabe garantizarnos cuánto tiempo más durará este encierro, esta imposibilidad de movimiento para visitar a nuestros familiares, amigos y seres queridos, así como esta extraña vida a la que nos vemos sometidos. 

Personalmente me siento como si hubiese perdido el control de mi propia vida. No dejo de luchar cada día con las armas disponibles y con lo que la Caballería me ha enseñado durante tantos años para derrotar esta pandemia y volver a la vida que siempre hemos conocido y disfrutado y, estoy convencido y, espero que todos vosotros lo estéis también, que vamos a ganar esta guerra extraña como hemos ganado a través de los siglos, otras más difíciles y más cruentas. 

Antes de terminar con mi reflexión, quiero una vez más, queridas Damas, Caballeros, Hermanos todos, daros las gracias por vuestra fidelidad, por vuestro apoyo moral a todos y económico a los que habéis mandado algún donativo a la cuenta bancaria de nuestra ONG para seguir nuestra contribución en la ayuda a los más necesitados. 

Os deseo a todos un Feliz Tiempo de Adviento y unas Felices Fiestas de Navidad y Año Nuevo 2021. 

QUE DIOS NOS ACOMPAÑE Y BENDIGA A TODOS                                                                           

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